Por Alfredo Portillo. Hace algunos meses, a través de algunos medios de comunicación y en las redes sociales, circuló la información según la cual el Ministerio del Poder Popular para la Educación, tenía planes para restringir la enseñanza de asignaturas como inglés, informática, música y religión. Dicha información despertó la preocupación de muchas personas y prendió las alarmas en algunas organizaciones de la sociedad civil venezolana que se ocupan del tema de la educación.
La verdad es que en este mundo en que estamos viviendo, en el que las tecnologías de información y comunicación juegan un rol decisivo en los procesos de educación y acceso a la información, eso de restringir como que no tiene mucho sentido. Más bien se deben abrir otros canales para que la diversificación y democratización en materia educativa-informativa sea cada vez más posible.
A propósito de lo anterior, estaba pensando que, específicamente en lo relativo a la enseñanza de idiomas extranjeros en el sistema educativo venezolano, sí se deberían introducir algunos cambios. Por ejemplo, la enseñanza del idioma inglés no debería ser obligatoria, sino más bien opcional, porque ya todos conocemos muy bien la historia de la enseñanza de este idioma en Venezuela: es mucho lo que se invierte y muy reducido el resultado en cuanto al dominio del mismo. Porque, ¿para qué seguir sometiendo a todos los educandos de Venezuela a un régimen de horas, días, semanas, meses y años, para que aprendan algo que la mayoría nunca llega a aprender, ni siquiera para poder leer la más mínima información?
Lo que se debería hacer más bien, es incluir a otros idiomas extranjeros en el sistema educativo venezolano, también en calidad de opcionales. Y se me ocurre que entre esos otros idiomas debería estar incluido el portugués, un idioma mucho más accesible a los hispanohablantes, por lo similar que resulta al español. Además, es el idioma oficial de Brasil, nuestro gigante vecino, la sexta economía del mundo y prominente miembro del MERCOSUR, organismo de integración éste del cual, por cierto, ahora Venezuela forma parte. Así que, nada de estar restringiendo, lo que se impone es la diversificación de las posibilidades y de las opciones. Que cada quien elija libremente.
alportillo@ula.ve
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