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lunes, 1 de julio de 2013

Que no se nos mueva el piso


Por: Adelfo Solarte. Por estar situada en una zona con un historial sísmico importante, toda pretensión de hacer gestión integral de riesgos y mitigación de amenazas en el estado Mérida, debe pasar, necesariamente, por contemplar esta realidad y diseñar, en consecuencia, estrategias preventivas que minimicen los efectos de los terremotos, además de establecer acciones y protocolos de actuación para atender el “después” del evento.
Si bien a pesar de los adelantos científicos los terremotos no son predecibles, la sismología ha acumulado, como ciencia, suficiente información como para “mapear” el planeta de tal modo que existe al menos una clara información sobre aspectos como zonas de mayor propensión sísmica, máxima magnitud esperada para una zona, períodos de retorno aproximados y ciertas particularidades en el comportamiento del suelo.  En pocas palabras, la prevención en materia sísmica no parte de cero.
Precisamente por existir información sobre la cual basar decisiones de tipo técnico, es que puede hablarse de conocimientos como la ingeniería sismorresistente y por lo mismo dirigir este conocimiento hacia la gestión de riesgos, en este caso los derivados de nuestra realidad sísmica.
En el caso de Mérida, podemos darnos el lujo de contar con uno de los más destacados conocedores del tema sísmico aplicado a la edificación de estructuras, como lo es el doctor William Lobo Quintero, experto en el tema de la sismoresistencia, y quien  asienta sus conocimientos en la materia, en lo que al menos en la mayoría de los países latinoamericanos es todavía un anhelo: no se trata sólo de garantizar la vida de las personas que reciben la visita de un terremoto bajo techo…Se trata también de lograr que la estructura pueda superar con eficiencia estructural, los embates del sismo y permitir que, una vez pasado el evento, los habitantes puedan tener garantías de habitabilidad  en la misma residencia, salvo arreglos que no pongan en riesgo la integridad futura del edificio y mucho menos la vida de las personas.
Es decir, el conocimiento en materia de sismoresistencia avanza y se ubica en la continuidad de la estructura sometida a los rigores de un sismo de fuerte intensidad. En la próxima columna volveremos sobre este tema.

Puedes tener más información sobre el tema sintonizando todos los viernes, de 4 a 5 de la tarde,  el programa Información ¡A todo Riesgo!, por la emisora Éxitos 100.9, disponible en la Web por exitos1009fm.com.ve Síguelos en Twitter en @adelfosb

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