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lunes, 1 de julio de 2013

Despedida


Habiendo partido mi Padre

Por Miguel Jaimes. Donde está la muerte que ha venido para llevarse la vida. La existencia como un hecho mágico acaba de achicarse. Varias aves en duelo recorren, no regresarán, tampoco comerán ni beberán, han dejado su nido lleno de avíos, ahora pilotarán hasta que sus vidas se agoten derrumbándose.
San Juan se ha llevado a los más valientes, mientras cientos de pomos en nieve caían y los ríos no trepaban. A veces la vida que nos ha enseñado sus cosas bellas iza el cruel pabellón de la temida caída.
Bandadas en cientos de caminos serán visitados en cinco instantes con lágrimas silentes y no tan pasajeras. Todo lo amado duele. Marca indeleble no tan pasajera y dicen que el viento en su soledad podrá calmarla.
Sonarán recuerdos acompañados por solitarios instrumentos de cuerdas y vientos, mientras la brisa hará sonar silbidos de despedidas las cuales sin saberlo se han adelantado, todo sucedió mientras Dios descuidó los pasos de uno de sus hijos, quien había servido en su delicada obra.
Hasta el cielo se distrae en el camino de las musarañas. Aquí muchos se quedan adoloridos, confundidos, distraídos quizás sin pensar para jamás imaginar la entrevista que hay que dar con Dios.  
Otros viejos afirmaban que después de una muerte alguien nacería y que el precio del ramalazo no dejará borrar su presencia. Ahora los suspiros se marcharán con precaución. Varios llamados se hicieron, solo que el destinatario decidió distraerse. El dolor será duro como el de los tres clavos.
Pero la vida sobrevendrá, solo acaba de borrar algunos pasos con huellas indetenibles que marcarán a cientos. Mientras una madre desesperada buscará respuestas. Una luz blanca acompañará el ruido de sus pasos, mientras sus consejos retumbarán lagunas.
Todo sucedía mientras entraba el solsticio de verano calentando más de lo acostumbrado y cayó nevisca más de lo normal. Ya no habrá garantías para su regreso sólo la única promesa de La Biblia. Aguardaremos su retorno en una lejana lámpara desde su inconsolable recuerdo.
Hasta más pronto Papá. 

La Mucuy 

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