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lunes, 29 de abril de 2013

Flores


A la gemela Isabela del Valle
Por Miguel Jaimes. El mes de mayo anunciará el retorno de la recién aparecida luna llena de flores. Dicen que esté astro emprendió su huida una noche de recuerdos no soportados, todo sucedió tras las traiciones de hombres eternos. Era un amanecer de pájaros espantados, ausentes y distraídos animales de la mañana, nadie pudo despertarse y la diana se asomó confiada, detuvo sus soplos y prefirió dormir para no lamentar aquella realidad.
Algunos pobladores, hoy ausentes y que habitaban lo alto de las montañas, vivieron en las elevadas cúspides de La Mucuy, pero antes de partir, abandonar sus casas y cueros, relataron que preferían irse, a llamar de nuevo al cristal y no encontrarlo.
Pero todo cambio hace apenas un par de años. Sucedió que la dama ignorada despertó tras su vidriera, pero esta vez apareció percibiendo la buena voluntad. Augurios, oráculos y sueños iban indicándole en reuniones que el fin del conjuro despertaría nuevas rutas por caminar.
El florecimiento de madrigales así lo anuncia y podrá ser observada en el medio de olvidadas zonas silvestres, justo donde serán abundantes las margaritas a un lado de los crisantemos y de las sorpresivas hortensias. Son días en que podrán verse abejones como los insectos más felices.
Estaremos en presencia del satélite que le ha dado compañía a la tierra durante siglos y periódicamente será capaz de cambiarse en su dulzura, pero no traicionará los sacrificios de otros y dejará preparados sus trajes después de cada noche de cuaresma.
 Esté planeta representará abundancia, será conocida como luna sembradora de maíz o leche. Pero nadie debe espantarse. Llegarán sentimientos desconocidos en la obscuridad sorprendida tras veredas de bólidos gigantes salidos de sus circunferencias.
Que nadie se sienta ido ya que los días felices junto a los buenos compromisos desaparecieron, sólo estaban dormidos, distraídos en la sorpresa de varios augurios encomendados.
Mayo es un agüero. Será difícil decir las últimas palabras y nadie podría despedirse. Es mejor no responder mensajes perdidos.
La Mucuy 
lamucuyandina@gmail.com

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