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domingo, 4 de agosto de 2013

Vacas


Por Miguel Jaimes. Silenciosas mañanas eran sorprendidas ante sacudidas de un tropel sonoro, cuando de pronto un ruido ensordecedor se oía a lo lejos, cuadros sostenidos por antiguas viñetas, pocillos manchados por borra de café tostado, junto a plateras llenas de peltre desconchado, todos juntos comenzaban a sonar con maderos y linteles que sostenían adobes de viejas paredes a punto de desplomarse, agarradas sobre eternas ventanas y puertas con troncos sobrios capaces de sostener la casa. Todo se estremecía por un paso bravío que resbalaba entre venas de aguas mohosas sobre las piedras de la larga y amplia calle.
 Farfán las traía chaparro en mano y con un silbido inconfundible eran arreadas por entre kilómetros hasta las riberas de un rió helado, oportunamente mentadas fuertemente para que volvieran al rebaño: Candelaria! Carmencita! Josefina!
Mientras en el pueblo todos decían que eran los nombres de las novias que más quería, por eso se los colocaba, pero aún de madrugada en compañía del lucero mañanero esperaban que les dieran dulce melaza la cual venia repartiendo como melcocha tras la senda del arriero, dejado debajo de las puertas de vecinos antiguos del pueblo, para ser trasformados en melados.
Todo era un cuadro impecable, acariciado por un cerrar de ojos viajeros y recuerdos. Era La Mucuy de antes donde aparecían mágicos arrieros, gente buena ofreciente de noches amigueras, arepas piladas y leche fresca. Familias guardaban en el solar una vaca la cual se convertía en parte de sus parientes. Muchas descansaban en los jardines de aquellas casas convertidas en campos permanentes, mientras otras se arrecostaban pasando prolongadas noches en las salas antes de gigantes pasillos.
Farfán bendecía a cada una de sus bestias encomendándolas a San Isidro Labrador, quien llevó como compañía un eterno rumiante, decían que se la había prestado a un hombre ciego, capaz de atravesar montañas guiado por su compañía, mentabala La Negra de don Lencho,  imperceptible, mágico, rezandero y curandero. 

Columna La Mucuy 
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Skipe: migueljaimes70

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