Por Alfredo Portillo. Una reciente noticia de gran importancia social y política para América Latina y el Caribe, tiene que ver con la contratación de 4 mil médicos cubanos por parte del gobierno de Brasil, para que vayan a prestar servicio en diferentes regiones del gigante del sur. Ya una primera avanzada de 400 médicos desembarcó la semana pasada en el aeropuerto de Recife, y se espera que a finales de este año esté el resto del contingente médico desplegado en toda la geografía brasileña.
Estos médicos cubanos van a contribuir, en gran medida, a mejorar la calidad de la salud de la población brasileña, en momentos en que en Brasil aún persiste un clima de inestabilidad social, luego de las masivas manifestaciones de protesta que se presentaron en meses pasados, durante la realización de la Copa de Confederaciones y la visita del Papa Francisco. Como se recordará, estas manifestaciones mostraron al mundo el reclamo de una población indignada que exige mejores servicios públicos en materia de salud, educación, transporte y alimentación.
El gobierno brasileño que preside Dilma Rousseff está claro en que, si no logra mejorar la calidad de los servicios públicos que tanto exige la sociedad indignada, se corre el riesgo de que tanto la realización del Campeonato Mundial de Fútbol (2014), como de las Olimpiadas (2016), se vean afectados. También está consciente el gobierno de Rousseff que, a pesar de que Brasil representa la sexta economía del mundo, con un Producto Interno de Bruto de aproximadamente 2.300 billones de dólares, el 25% de la población total aún se mantiene en condiciones de existencia por debajo de la línea de pobreza, y que en materia de salud el déficit de médicos es de unos 55 mil. Así que, la búsqueda acelerada de estabilidad social y política debe estar entre los urgentes objetivos del gobierno de Brasil, para que pueda haber verdadero “Ordem e Progresso”.
alportillo@ula.ve
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