Por: Adelfo Solarte. Conversar con el Dr. Raúl Estévez es siempre provechoso. Aunque sus enfoques se centran en la sismología, sus explicaciones, al considerar la amenaza sismológica como un tema vital en regiones expuestas a este tipo de fenómeno natural, suelen incluir amplias consideraciones sobre la construcción del riesgo, el estado de los actores de la gestión de riesgo en Venezuela y la educación como un elemento prioritario para encarar el tema de una manera al menos esperanzadora.
Rescatamos del Dr. Estévez su vasta visión sobre la dinámica tectónica planetaria que condiciona la vida en la tierra desde mucho antes que el hombre existiera. Pese a que los terremotos no se pueden predecir con la exactitud de la diana de un cuartel, está claro que la información acumulada desde hace siglos permite hoy día tener un mapa bastante exacto que da respuestas a preguntas tan urgentes cómo: ¿Dónde quedan las zonas sísmicas más activas del mundo, de mi país y de mi región? ¿Qué magnitud probable puede llegar a alcanzar un sismo en la zona donde vivo? ¿Qué tan frecuente puede ser un terremoto de consecuencias desastrosas? ¿Cuál pudiera ser el comportamiento geomorfológico asociado a un probable terremoto en la región donde vivo? Estas y muchas otras preguntas encuentran un relativo alivio en la información disponible. Otras como ¿temblará mañana? ¿A qué hora y con qué magnitud? Aún escapan a las posibilidades predictivas – si es que cabe el término - de la sismología.
Más que dar datos sobre los terremotos, las consideraciones del Dr. Estévez se mueven en indicar que en el fondo, lo más urgente es qué hacer con la información disponible. Es decir, saber qué Mérida está situada en plena falla de Boconó y que la historia ha registrado al menos tres grandes eventos sísmicos con consecuencias trágicas, no sirve de mucho (como datos anecdóticos de nuestro agitado pasado) si tal información no se usa para prevenir los efectos de la inevitable ocurrencia de un nuevo terremoto que afectará la vida de un número considerable de merideños.
Lo anterior es el meollo del asunto: ¿Hemos construido nuestro actual modelo de ciudad en base al riesgo comprobado de un nuevo terremoto? Para Estévez sobran los ejemplos de la desatención a las advertencias del pasado.
Sin embargo, la agitación que puede desatarse en nuestro suelo, bajo nuestros pies, ha motivado iniciativas que han puesto a Mérida en un plano relevante en el país como espacio para la producción de conocimientos asociados al tema de la sismología. Mérida es el segundo productor nacional de proyectos asociados al tema de la gestión de riesgos.
De Estévez también debe recatarse el optimismo ante la necesidad de enfrentar un tema vasto que, sin embargo, tiene aliados formados para dar la batalla. Queda claro que el conocimiento es fundamental para, incluso, desterrar posiciones que nos arrinconan o nos inmovilizan para actuar (como la ya famosa referencia a las consideraciones del origen divino de los eventos naturales y de sus trágicas consecuencias sobre la población).
Puedes tener más información sobre el tema sintonizando todos los viernes, de 4 a 5 de la tarde, el programa Información ¡A todo Riesgo!, por la emisora Éxitos 100.9, disponible en la Web por exitos1009fm.com.ve Síguelos en Twitter en @adelfosb
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