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martes, 7 de mayo de 2013

Lunes


A la gemela Arianni Angely.


Por Miguel Jaimes. El nombre del primer día de una semana fue trémulo y estuvo convocado por el eco de un llamado percibido como lunes. Todo sucedía agarrado por entre sentimientos sostenidos en los dedos de una luna pasajera.
Esto lo explicaba Doña Candelaria, ―partera de La Mucuy Alta― contaba que seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania donde vivía Lázaro a quien había resucitado. Estaban cenando junto a Marta y María, esta última tomó una fibra de perfume de nardo, auténtico y costoso, ungió la planta de los pies y la palma de las manos a Jesús y los enjugó con su cabellera.
La casa se llenó de la fragancia y levantó las intrigas a Judas Iscariote, quien sin vacilar dijo: ¿por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? Sin dudas era un ladrón no le importaban los necesitados. Y todo sucedía mientras un día lunes se apagaba.
Al mismo tiempo una muchedumbre seguía a un grupo de sumos sacerdotes los cuales ya habían decidido la suerte de Lázaro. Todo sobrevino un día lunes mientras la gotera de las cuerdas caía sobre cobijas aturdidas de períodos suspicaces.
Pero los lunes no deben abrir remordimientos, tampoco llegarán manos vacías ni las memorias cerrarán los postigos de la oscuridad. Nadie podrá vivir a la intemperie después de hacer un pacto antes de finalizar el ciclo del lunes.
El final de esas horas observará la siembra de un árbol de Maitín, mientras las abuelas injertarán plantas de sábila en cada esquina dentro del terreno de sus casas. Se invocarán los puntos cardinales, descubiertos por vez primera el primer día de la semana.
Cada seis horas uno de estos signos se marcará sobre un mapa arrugado el cual estuvo sostenido por entre manos temblorosas. Mientras el zigzag de una carretera no dejará dormir y el ayuno sagrado de una religión olvidada será ofrecido sin testigos.
Muchos quedarán en el oculto final de un camino en una madrugada trasnochada. Las lagunas se moverán, mientras todo se alumbrará por luces sagradas de cera.
La Mucuy 
lamucuyandina@gmail.com

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