Por Alfredo Portillo. Las actividades de educación ambiental dirigidas a los habitantes de los diferentes sectores y comunidades que conforman una ciudad, son fundamentales para asegurar un futuro desarrollo sustentable. Ese trabajo se debe realizar de manera permanente en el tiempo y en el espacio, y en el mismo debe participar el mayor número posible de organizaciones públicas y privadas.
Un buen ejemplo de ello es la labor que ha venido desarrollando en la ciudad de Mérida el Instituto para elControl y la Conservación de la Cuenca Hidrográfica del Lago de Maracaibo(ICLAM), como parte de su estrategia para sembrar consciencia ambiental entre los merideños, quienes también deben velar por el futuro del mayor espacio lacustre de Venezuela. Comunidades como Las Cuadras, La Pueblita, Los Periodistas, Vista Hermosa y Bella Vista, han recibido las orientaciones dadas por los promotores ambientales del ICLAM.
Jornadas de plantación en las márgenes de las quebradas, charlas sobre el calentamiento global, conservación del musgo y autoestima comunitaria, y talleres sobre reciclaje de desechos orgánicos, agricultura urbana y elaboración de pesebres ecológicos, son algunas de las actividades de educación ambiental que se han ejecutado en las comunidades mencionadas. Un aporte significativo que sin duda va en beneficio de todos los habitantes de la ciudad de Mérida.
alportillo@ula.ve
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