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viernes, 8 de febrero de 2013

¿Decadencia de las corridas de toros?


Por Alfredo Portillo. Más allá de la polémica y disputa que existe entre los taurinos y los antitaurinos, entre aquellos partidarios de las corridas de toros, que las ven como arte, cultura y tradición, y aquellos que las consideran simplemente como una crueldad y una aberración, resulta de interés ver la tendencia que en ese sentido se ha venido manifestando durante los últimos años en diferentes lugares del mundo.
Se supone que lo que ha existido durante siglos como hecho cultural y económico son las corridas  de toros, mientras que el movimiento social organizado que se opone a ellas,  es más bien de algunas décadas atrás. Este último, por decirlo de alguna manera, ha venido cosechando algunos éxitos, y pareciera encaminarse a paso firme hacia la definitiva redención de los tan maltratados animales de casta y lidia. Algunos acontecimientos que han ocurrido durante los últimos años indican que la tendencia antitaurina es cada vez más fuerte. La prohibición de las corridas de toros ya es un hecho concreto en algunos lugares del mundo, y en otros está en plena evolución.
Es así como en las Islas Canarias (España), en 1991 se aprobó la Ley Canaria de Protección de Animales, en la que se prohíben los espectáculos sangrientos con animales, entre ellos las corridas de toros, mientras que en Catalunya (España), el Parlamento Calatán hizo lo propio en julio del año 2010. Por su parte en Ecuador, en mayo de 2011, se realizó  un referéndum cuyos resultados indican que el  61,2% de los ecuatorianos se manifestó en  contra de las corridas de toros, en tanto que en marzo de 2012 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (México), avaló un proyecto de ley que prohíbe la lidia  de toros en la capital mexicana. Y el último aporte lo hizo Gustavo Petro, Alcalde de Bogotá, quien en junio de 2012 expresó lo siguiente: "La Plaza de Toros de Santamaría hará parte del sistema de educación distrital, en el que los mejores poetas y escritores se reunirán cotidianamente con los estudiantes de nuestros  colegios públicos para dictar clases de literatura y letras”.
Visto lo anterior, se pudiera pensar que, en el caso del futuro de las corridas de toros en la ciudad de Mérida, pareciera que es cuestión de tiempo para que la ola tendencial global antitaurina llegue hasta estas montañas. Y tal vez en un lapso no tan largo, una iniciativa ciudadana referendaria en contra de las corridas de toros tome forma, o incluso, un pronunciamiento de un alcalde de Mérida o de un gobernador del estado Mérida, se haga sentir en ese sentido. Los toros de lidia, en sus encierros, aguardan por buenas noticias.

alportillo@ula.ve

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