Por Miguel Jaimes. Marzo se inicia con la luna llena de oruga. Lentamente las temperaturas comenzarán a subir y la tierra empezará a deshelarse, entonces aparecerán moldes que darán formas a agujeros anunciadores del regreso de petirrojos primaverales.
Algunos pobladores comentaban que con esta lunación llegaba la luna llena del cuervo, todo se iniciaba cuando el graznido de estas aves señalaban el final de la estación de invierno y como una nueva capa aparecería la luna llena de corteza, porque la nieve que cubrió con sus fundas delgadas llegó a dar formas encostradas parecidas a las cubiertas alrededor del tronco de los árboles, así seguirá por décadas deshelándose en el día y congelándose en la noche.
El trillizo mes también traerá la luna de savia, marcadora de épocas que bajó maitines comenzarán a revelarse inquietas mujeres y rezos de agricultores frotarán pepitas en sus dedos abrigadas de peticiones pagando promesas, entonces entrará la luna de lenten considerada el último astro henchido del invierno.
Será difícil perderse en los turnos lunares de este periodo pues sorprendentemente poseen nombres a diferencia de las restantes del año incluso de las dos que ya antecedieron. Se dice que por alguna razón Jesús se habría enamorado en este mes, dando pasos decisivos en su vida en medio de la cuaresma.
Marzo marcará una de las semanas santas más peculiares del transitar de esta lunación. No habrá eclipses y desaparecerá del día el recuerdo mientras el creador no haya resucitado. El tercer día sorprenderán seres tan bellos como las mariposas, pero estas deben ser humildes en su lindeza, pues otras especies les recordarán que un día fueron orugas.
Soberbias alones intentaban llamar la atención de aquellos centuriones, trataban de distraer los días del sacrificio y que apareciera la sensibilidad del hombre y no llevarán a cabo el sacrificio de la colina, pero fallaron y a partir de allí sólo vuelan. Pero si en la noche alumbrada tras la protección de la luna llegas a ver una, está cubrirá tus veredas.
La Mucuy
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