Por Alfredo Portillo. Recientemente, durante una reunión con algunas comunidades, un funcionario de la empresa pública Venezolana de Teleféricos (Ventel), expuso los beneficios que para el desarrollo de la actividad turística traerá el nuevo teleférico de Mérida, que está en plena construcción. Entre otras cosas, el mencionado funcionario manifestó que la nueva infraestructura del teleférico tendrá una capacidad para transportar a 520 mil personas al año, lo que representa un incremento estimado en 350% en relación con el viejo teleférico, cuyo techo de movilización era de 120 mil personas.
Al escuchar tales cifras, una señora presente en la reunión se levantó de su silla y le preguntó al funcionario de Ventel, qué dónde pensaban meter a tanta gente en la ciudad de Mérida, que si no sabía el caos que en cada temporada se formaba en una ciudad que ya no se da a basto. Tal pregunta no recibió ninguna respuesta concreta, pero seguramente que sí provocó una serie de dudas entre los asistentes.
La verdad es que las diferentes organizaciones públicas y privadas que tienen que ver con la actividad turística, con el tránsito vehicular y con la implementación de dispositivos de seguridad, deben sentarse a evaluar los posibles escenarios que pueden llegar a presentarse en la ciudad de Mérida y sus alrededores, ante el incremento de turistas que en cada temporada puede llegar a presentarse como resultado de la puesta en servicio del nuevo teleférico. Lo más recomendable es que se evalúen escenarios definidos por incrementos en el número de turistas por el orden del 20, 30, 40 y 50 por ciento, en períodos de lluvia y en períodos de sequía. Porque hay que actuar previsivamente, para evitar sorpresas desagradables.
* alportillo@ula.ve
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