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sábado, 26 de enero de 2013

Historias

Foto cortesía Rodrigo Meruvia

Por Miguel. A. Jaimes N. Voy a contarles una historia de alguien que ya no existe. Vivió en los predios de La Mucuy merideña, tuvo una bodega y desde allí arrancó su historia. Su vida y la de tantos mas fue emblemática como en otras historias populares, aunque parezca una locura muchos lo admiraban por su oratoria, hablaba sin temor y su dicción era excelente, entre los mas cercanos le decían el Loco Quevedo, era un hombre sin cultura ni escritura, estudiado en la universidad de la vida, ataviado con traje dominguero y con una pasión por dar discursos en las esquinas.
Se creyó que era botiquero, conversaba temas destacados, de buen parlamento a diferencia de otros personeros. Bodeguero, despachador de kerosene, veía las pantorrillas a la mujer de Subero, a quien le decían el gigante Pancho Villa, así era mentado por Tobías el camburero y sin olvidar a la catira María Luisa a quien llamaban la monalisa por tener largos cabellos parecidos a una noche sin luna.
Pasaba días de costado a saliente vertiendo sublimes historias, pero si le tocaban la política se desgreñaba como gato al que le muestran la cotiza. Apasionado en el discurso y haciendo uso de su parlante imaginario hablaba a la multitud inexistente a la que él sentía le aplaudían en silencio y agradecía sus presencias en aquel escenario fingido, propicio para narrar infinitos cuentos que llegaban a la memoria de alguien que envolvía sueños en ron añejo sin ninguna gloria en tiempos que nunca envejecieron.
Les contaré una historia mas, hoy es un día peculiar amaneció oscuro hacia los lados del solar pero al frente de la casa ya se veía la claridad, al abrir la puerta se inicia un nuevo día cargado con momentos y situaciones inesperadas, algunas tomadas por la nostalgia despertada tras el alba cuando llevaban maíz al molinero.
Hermosas mujeres cada una con su macuto cargado de ilusiones que luego mezclarían tras el brillo del oro tierno, regresando las escuchaban tararear con atención cortas canciones al pie del fogón con verdaderas historias de amor.
La Mucuy 
lamucuyandina@gmail.com

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