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lunes, 18 de noviembre de 2013

Fogón

Por Miguel Jaimes. Cuando desde los fogones de las cocinas que en un principio habían sido construidos de piedras escogidas y barro tapiado empezaban a sonar muy fuerte, entonces aquellos ruidos les anunciaban a sus dueños que a sus casas vendrían algunas visitas inesperadas.
Crujir de fardos ardientes de maderas secas estaban advirtiendo sucesos importantes que estarían por llegar. Por eso viejos dedicados a su cuido procuraban escoger los mejores troncos, pues maderas malas significaba problemas con quienes vendrían de sopetón, poco apreciados.
Muchos de aquellos lejanos abuelos acostumbraban a guardar dineritos provenientes de sus siembras y negocios en el oscuro fondo del horno de aquellas viejas cocinas. Por eso siempre tenían que andar pendientes que sus distraídas y enamoradas hijas no llegaran con ilusiones de recetas sensibles y fueran apuradas a encenderlos.
La clave quedaba en los secretos guardados, idos por entre llamas que abrigaban desde esos eternos fogones. Apenas algunos lograban descubrir sus libertades infladas medio de un sacudón profético, inoculados como cuando se rompían los sueños que daban entrada a una
luna en llamas creciente.
Aquellos fogones quedaban protegidos en sótanos por entre el medio de puertas angostas, teniendo de sombrero una gigantesca campana la cual cumplía funciones de canalizar vapores y humos de todas aquellas leñas las cuales arropaban secretos de prudentes espacios. 
En La Mucuy el fogón más famoso fue el de Doña Alcira. Vetusto gigante pintado de colores aceitosos en las bases que protegían su peso. Permaneció encendido durante más de ocho décadas. Por las noches el calor de sus llamas que ardieron de día mantenían tizones abrigados para encenderse con sólo oler el movimiento de paja seca.
Estas armaduras parecían estar vivas, cuando sentían arriba o adentro el movimiento de calderos y el de tiestos arropados por conchas eternas, inmediatamente avivaban llamas enloquecidas por el aroma a manteca fresca, traída recién del sacrificio de gigantes cerdos criados en casas como seres queridos.  
Columna La Mucuy 
Twitter: @migueljaimes2
Skipe: migueljaimes70

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