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sábado, 2 de febrero de 2013

Nevisca


Por Miguel. A. Jaimes N. Las vidas pasadas eran aún más difíciles, pues cuando entraban los tiempos en que se detenían las lluvias se acababa la comida, justo de allí viene el nombre de luna llena de hambre o de nevisca, esto se debía a momentos pesados para el hombre pues la hostilidad del ambiente llegaba haciéndose sentir sin compasión, ya que las nieves importunadas empezarían a caer durante éste mes.
Algunos habitantes de La Mucuy se refirieron a estos lejanos tiempos como la luna llena de hambre, debido a que las condiciones meteorológicas eran más ásperas en sus áreas de caza lo cual dificultaba la actividad de poder traer en la madrugada de los sábados algunos alimentos para la semana, esto sucedía cuando había que salar las carnes para mantenerlas durante días y los cazadores bajaban silenciosos de las fangosas montañas con sus rifles cargados apuntando sus cañones hacia el suelo después de haberlos detonado en las oportunidades necesarias y la pólvora quedaba tostada por el fuego en sus salidas.
Estos eran los días de grandes y extensas sequías donde el hombre se alejaba de los suspiros de sus siembras al ver que estas se secaban abrazadas por incansables fuegos que descansaban debajo de la tierra y salían por corredores secretos para no dejarse apagar.
Las cosechas eran amenazadas y ni los recuerdos de bravos ríos podían aparecer. Esta sería la advertencia para que en los posteriores buenos tiempos el ambiente recibiera el necesario ritual del buen compromiso humano.
Para esto sólo debían utilizar lo necesario para percibir una reciente vida alejada de las sorpresas indiferentes. Será después de los resultados de las pintas cuando se advertirán solidas decisiones en los primeros meses del año.
Lagunas enteras bajarán su nivel mientras neviscas visitantes alejarán a la trucha la cual llegaría hasta lo más bajo de sus aguas para nunca volver a aparecer, allí alcanzarían pesos enormes al igual que un adulto y se desfigurarán en el piso de los fondos donde nadie nunca llegará a poder tocarlas.
La Mucuy 
lamucuyandina@gmail.com

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