Yo me tomé la molestia de ir hasta la Unidad de Oncología del HULA a averiguar personalmente lo que está ocurriendo. Le pregunté a varias de las personas que allí laboran y no pudieron darme una respuesta concreta. Algunas me dijeron que simplemente el servicio no se está prestando. Otras me informaron que al parecer ya estuvo por ahí un técnico revisando la máquina de radioterapia. Otras más me hicieron saber que ya la Defensoría del Pueblo había dispensado una visita. Y otras tantas me dijeron que no sabían nada y que el Jefe de Oncología estaba de vacaciones.
La verdad es que, cuando uno ve que en pleno frente del HULA están aterrizando aviones nuevecitos, trayendo turistas para que conozcan las bellezas escénicas del estado Mérida; cuando uno ve que ya se están instalando las cabinas del nuevo teleférico, el más alto y largo del mundo; cuando uno ve que se va a construir un ultramoderno superpuente sobre el río Chama; cuando uno ve que a diestra y siniestra se habla de “gobierno de calle” y de “eficiencia o nada”, uno se pregunta: ¿Y los cientos de pacientes que requieren urgentemente de radioterapia, cuánto tiempo más deben esperar? ¿Es que no hay forma de averiguar en Brasil, Francia, Alemania o Austria, de donde vienen los aviones, las cabinas y los superpuentes, si allá tienen la pieza que falta para poder poner en funcionamiento el equipo de radioterapia del HULA?
alportillo@ula.ve
No hay comentarios.:
Publicar un comentario